miércoles, 28 de octubre de 2015

Descansar un caballo de competición.




En Mas Caterina, Madremanya tenemos un centro hípico donde estabulamos caballos de deporte y de competición que vienen a recuperarse o a descansar.  Nos dedicamos a cuidar caballos que necesitan cuidados individualizados.  Muchos caballos son de alto rendimiento que necesitan muchos cuidados específicos.

El caballo entrenado para la competición esta trabajando a diario según su disciplina. A nuestro centro vienen de vacaciones, por una temporada más o menos larga.
 Creo que el cambio de trabajar a diario a estar en un campo puede ser brutal para ellos.
Están en forma con ganas de ejercitar pero el campo no les atrae a trabajar en lo más mínimo. La gran mayoría no saben estar sueltos en el campo.  Hay caballos tranquilos, otros nerviosos que no se quedan quietos.  Unos no se mueven lo suficiente y otros demasiado.  En consecuencia muchas veces pierden musculatura.
Todo cambio brusco es nefasto y hay que buscar un entremedio – saber muy bien el día a día del caballo antes de llegar y poder adaptarlo, lo mejor que se puede sin ir de un extremo al otro.  Sobretodo si la estancia es corta.  Los caballos son animales de costumbres y cada uno tiene una pauta y si cambiamos esta pauta drásticamente podemos acabar estresando el caballo.

Son pocos los caballos que se mueven con decisión en el campo, aunque si que tuve un caballo que hacía la reprise al soltarlo en el paddock, y esto indicaría otro problema.
Estar suelto en el campo sirve para otra cosa: relajarse, revolcarse, encontrar alguna hierba o comer pasto, para que le toque el aire y el sol, pero no sirve para entrenar. 
Se supone que corren en los campos.

Soy conciente que los caballos una vez que se han familiarizado con el paddock, se han conocido con sus compañeros, van a la suya.  Generalmente están muy tranquilos y comen pasto.  De vez en cuando una corrediza pero poco más.  Al menos que no hayan moscas o tábanos que les molesten, que les impiden a estar quietos.  Generalmente están molestos por un factor ajeno y entonces se quejan.

Cada vez vemos menos oportunidades para caballos viviendo en la naturaleza
Intentamos recrear su hábito natural con pocos medios.  No podemos decir que siempre podemos recrear una manada, una jerarquía entre ellos, espacios, naturaleza…

Los caballos son animales de manada, necesitan compañía, están más tranquilos en un grupo.  Hay que ver, los que se entenderán y los que buscan conflicto. Es bonito conocer a caballos en este aspecto.  Hay que observarlos, para reconocer el carácter de cada uno de ellos.
Aparte de compañía no les puede faltar forraje, comida y agua.

El caballo lesionado necesita un régimen de vuelta al trabajo muy estructurado, muy progresivo.  Uno está  limitado en lo que se puede hacer, según la etapa de la recuperación.
¿Pero en caballos de descanso que hay de malo en seguir moviéndolos?

Depende de la durada de sus vacaciones.  Quince días sin entrenamiento no es malo, se puede recuperar el trabajo anterior con facilidad, pero a partir de las tres semanas es más complicado.  Si se dejan dos meses en el campo el trabajo  empieza de cero y se ha perdido todo lo que se  habrá conseguido anteriormente.  Hay que ser conciente de esto.

Creo que sería mejor enfocarlo de otra manera.  Mover el caballo para que vea otro ambiente, donde podría estar en un paddock, donde se pudiera montar al campo por ejemplo o un suave calentamiento en la pista, o trabajo pie a tierra con dos riendas.  Lograr que el nivel de entrenamiento se bajara en intensidad pero que no se parara de golpe, cosa que será perjudicial al animal.

Hay otros factores a tomar en cuenta, la edad, la disciplina que practican, la atención prestada del caballo y la oportunidad de hacer otra cosa diferente a lo normal.
Un trabajo bien hecho hace que el caballo esté más atento, más contento, y no pierde la forma física adquirida del todo.
Al final lo que se quiere conseguir son unos cambios de aires que le ira bien físicamente y psicológicamente, y los caballos de competición son los que más los necesitan.

Se ven unos cambios fulgurantes.  Creo que se puede lograr un cambio en seis semanas, el tiempo de un herraje, con buena alimentación y un buen programa de ejercicio.  Y al final los que salen ganando son los caballos mismos.