El caballo necesita una
dieta equilibrada. En su estado natural
sabía escoger la hierba necesaria, pero progresivamente le hemos apartado de su
estado natural. Es muy importante que el
pasto que comen sea de varias hierbas preferiblemente autóctonas para poder
paliar esta falta de nutrientes muy
importante.
El caballo tiene un
estomago pequeño y un intestino muy largo provocando muchos problemas de cólico,
si no se maneja correctamente. Es un
herbívoro que estaría pastando todo el tiempo, comiendo pocas cantidades pero
muy a menudo. Esto es lo que esta
diseñado a hacer. ¿Porque lo cambiamos para que nos vaya mejor a nosotros los
cuidadores?
Idealmente el caballo
tiene que tener a su disposición forraje de calidad o pasto siempre, alrededor
de 16 kilos al día de forraje. Un
forraje bien secado, sin polvo y si posible un heno de calidad. El heno es lo más indicada para el
caballo. La digieran bien y no es tan fuerte como la alfalfa que es
mucho más nutritiva. La alfalfa contiene
mucho calcio bueno en ciertos casos.
También existe avena en
flor y paja, forrajes de baja calidad nutritiva y perjudicial debido a su alto
contenido de lignina.
Caballos que tienen poco
forraje pueden tener problemas de ansiedad y tirarse sobre la comida al
echarla. Se tiene que evitar llegar a
estos extremos.
Si el caballo está en
entrenamiento o necesita un extra, hay que suplementarle con pienso, repartido en varias tomas. Existen muchos piensos buenos, falta ver el
que es más adecuado al caballo. Una
nutrición individualizada es la clave a mejorar el animal y trabajar
conjuntamente con un nutrologo también es necesario en según que caso.
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